Xavi V.
Hola me llamo Xavi y soy médico endocrino. Hace unos años atrás conocí a Joan en un gimnasio en el que entrenaba a un cliente suyo, este chico con sobrepeso y en un estado muy bajo de forma en unos meses dio un cambio espectacular.
Nuestra amistad surgió a base de amistosas discusiones de como debía de comer un deportista. Yo como médico tenía unas directrices muy arraigadas de hacer dietas a personas sedentarias y no a deportistas. Nuestras disputas giraban en torno a que los preparadores culturistas eran muy exagerados a la hora de planificar las dietas.
En aquel entonces yo pretendía ponerme fuerte y sin grasa y la verdad es que no resultaba lo que hacía. Un día después de ver a Joan, mes tras mes entrenando a sus alumnos y ver como los ponía, yo mismo me dije bájate del burro y déjate llevar por él, Xavi. La verdad es que dar ese paso me costó mucho porque siendo médico y encima endocrino para mi era una derrota reconocer que no sabia manejar la situación.
Joan es un grandísimo profesional y además muy modesto ya que en mi caso, y después de tantas discusiones, otro no hubiese actuado igual. Él me enseñó a alimentarme como un deportista, a entrenarme como tal y a tener un resultado increíble... En la víña del Señor hay buenos, mediocres y malos, a Joan lo catalogo por encima de bueno, es ÚNICO. Sabe de nutrición y de entrenamiento como pocos, es honrado, buena persona y sabe sacar de cada alumno suyo lo mejor.
Me quito el sombrero ante este PEDAZO DE ENTRENADOR, mi idea es que todos los que practicaban este deporte eran bastante descerebrados y se alimentaban y entrenaban a base de oír campanazos de unos y de otros. Aparte de tener experiencia en cualquier campo, tienes que tener algo especial para ser un CRACK y Joan reúne esos requisitos. Gracias por haberme enseñado como llegar a la meta, reconozco que yo estaba equivocado y por eso siempre digo zapatero a tus zapatos. Mi trabajo es tratar a personas sedentarias y enfermas no a deportistas.
Un fuerte abrazo y millones de gracias amigo Joan.
Xavi V. 50 años
Barcelona